Origami


Mudo


A veces
manteníamos
las conversaciones
que debían tener
dos mudos
sentados frente una pecera
llena de agua
pero sin animal alguno.

Asentíamos
y respondíamos
a nuestros pensamientos.

Llorábamos
por las decisiones equivocadas.

Al final
me tomaste de la mano
en tu imaginación.
Yo creí que cogías un cuchillo.

Grite lo más fuerte
que pude.
Que te quería.
Y tú pensaste
que me marchaba.


| Un cuento chino creado el 17.8.06 a las 12:13 |


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